NOTA: Los nombres utilizados en esta entrada son ficticios, con el objetivo de preservar la intimidad del alumnado participante en la actividad.
¿Cómo sería tu recreo ideal?
Ésta es la pregunta que lanzamos a un grupo de alumnos/as de Educación Primaria con quienes estamos trabajando sobre convivencia escolar a través de metodologías activas (en este caso, con material de LEGO Serious Play).
El trabajo con muñecos, construcciones y otras artes expresivas es especialmente útil con niños/as en edad escolar, ya que les facilita formas de comunicación alternativas a la expresión oral (Freeman, Epston, Lobovits, 1997). De la misma forma, permite al alumnado dar rienda suelta a su imaginación y, ante el planteamiento de problemas, proponer soluciones o alternativas diferentes a las que surgirían en una conversación hablada ("Si buscas resultados diferentes, haz cosas diferentes", decía Albert Einstein), especialmente en el caso del alumnado que se muestra más tímido, receloso o con reticencias a entablar conversación con una persona adulta, o simplemente, le cuesta más expresar determinadas cosas que le pasan a través de palabras.
En este caso, mostramos una pequeña experiencia escolar en la que trabajamos con un pequeño grupo de alumnos/as de Educación Primaria acerca de cómo sería un recreo ideal con su grupo de compañeros/as.
La experiencia se desarrolla siguiendo los siguientes pasos:
1. En primer lugar, pedimos a nuestros/as participantes que, con las piezas de construcción, traten de representar el patio de recreo de su colegio, y que escojan a varias figuras que representarán a sus compañeros/as y a sí mismos, y los ubiquen en el patio.
Es importante explicarles que no se trata de un concurso ni una competición, y que tampoco se valorará el hecho de que su patio se asemeje más o menos al patio real del colegio; simplemente, tienen que hacer una representación personal del mismo y que a ellos/as les guste. No habrá patios mejores ni peores.
Como les hemos pedido que ubicaran a las figuras dentro de su patio, pasamos a realizarles preguntas referidas a las mismas:
- ¿Nos podrías explicar quiénes son cada una de estas figuras? (primero las presentan).
Como cada uno de los niños/as habrá ubicado a sus "personajes" de una forma determinada, podemos preguntar:
- ¿Por qué les has colocado así? ¿Por qué has colocado a Isabel y Pedro juntos, y a Carlos separado? ¿Normalmente suelen estar así?
- Has puesto a Isabel y Pedro mirándose de frente y a Carlos de espaldas, ¿es por algo?
- De estas cuatro figuras que has colocado aquí, ¿quién se lo está pasando mejor? ¿quiénes son las que mejor se llevan? ¿por qué? ¿qué es lo que más les gusta hacer juntas? ¿en qué situaciones en el recreo se lo pasan mejor?
3. Seguidamente, les pedimos que realicen una proyección al futuro (Herrero de Vega, Beyebach, 2018), invitándoles a representar su "recreo ideal"; en esta ocasión, la única pauta que les ofrecemos es que solamente podrán mover las figuras de su representación, respetando el resto de elementos (es decir, el espacio de recreo deberá ser el mismo, pero podrán recolocar a los personajes). La pregunta que les lanzamos es "¿Cómo te gustaría que estuvierais tú y tus compañeros/as en el recreo?".
Una vez que han recolocado a sus figuras, cada uno/a de ellos/as pasará a exponer al resto su nueva composición. Al hilo de las exposiciones, podemos realizar preguntas al resto de compañeros/as:
- ¿Qué cambios observáis en este recreo de Carlos con respecto al primero que había hecho?
Asimismo, preguntamos a cada uno/a de ellos/as:
- ¿Cuál ha sido el principal cambio que has hecho? ¿Ahora los personajes se encuentran mejor? ¿Nos quieres explicar por qué ahora están mejor en el recreo?
- ¿Qué están haciendo los compañeros ahora que no hacían en el anterior recreo que creaste?
- ¿En este recreo los compañeros/as se sienten mejor? ¿Por qué? ¿Quién es el que mejor se siente?
- ¿Qué podría que hacer cada uno/a de los personajes de tu representación para pasar del primer patio de recreo al segundo?
Con esta última pregunta, intentamos que los chicos/as comiencen a identificar aquellas cosas diferentes que podrían hacer los personajes para que su segundo recreo representado fuera posible: "dejar que juegue Carlos con nosotros", "escuchar a Isabel cuando se aproxime", "Pedro podría acercarse a nosotros, contarnos sus cosas pero sin meterse con nadie"...
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